Saturday, June 01, 2013

Norteamérica y el Caribe: México

La cosa es que un día desperté acompañado en el departamento de Maca Fierro y mi papá me llamó. Yo como pude le contesté pues tenía una resaca enorme. Me dice que había hablado con mi tío Lalo y que quería que los acompañara por un viaje a México y a Estados Unidos, pero que yo tenía que tramitar todo, desde los pasajes, el itinerario hasta las visas. Pues así lo hice. Después de mucho tiempo invertido en los formularios de Visa estadounidense, logré obtener la visa y el mismo día fuimos a comprar los tickets. Le metí un crucero al itinerario eso sí, haciéndole ver a mi papá lo conveniente que era en términos de dinero. Pasó el tiempo y el día 2 de enero del 2012 nos fuimos. Llegamos al aeropuerto y nos encontramos con la sorpresa de que nuestros primeros 3 vuelos eran en clase ejecutiva. No sé por qué, pero ese día volaríamos en asientos reclinables en 180 y tendríamos acceso al salón VIP. La cosa es que sin hacer filas pues teníamos acceso preferente, nos fuimos al salón Gabriela Mistral, en donde me dispuse a tomar varios vasos de Absolut y a comer harto sushi. Una vez que abordamos, ya en 8 horas estábamos en la Ciudad de México. Llegamos al hotel Metropol, al lado de la Alameda. Una habitación muy buena por cerca de 16 dolares. Llegamos y fuimos a comer tacos a la vuelta. Mi papá se enchiló mucho, y luego nos tomamos el turibus. Dimos vuelta y nos bajamos solo un poco más allá, en el Zocalo. Visitamos el palacio nacional y la catedral. Luego mi papá se fue a dormir en un bici-taxi y yo con mi tío seguimos en el turibús a Reforma y nos bajamos en el monumento a Cuauthemoc. Ahí volvimos caminando y llegamos al hotel muy cansados. Descansamos una hora y nos fuimos caminando a Plaza Garibaldi, donde nos pedimos unas comidas típicas como el pozole, birria y unas enchiladas. No nos gustó nada, pero lo rescatable fueron los mariachis, que aunque musicalmente malos, sí amenizaron la noche. Ya de vuelta, nos tomamos un taxi para dormir. En la noche me junté con el Caco y fuimos a bailar al bar de osos. Conocimos a Chucho y a Cha Min. Al otro día nos fuimos en un tour a la plaza de las 3 culturas, luego a la basílica de Guadalupe y más tarde a Teotihuacán, en donde subí la pirámide de la luna con mi tío. Mi papá esperó abajo, por su mal estado físico. Luego fuimos a un restorant a comer. Ese día, perdí mis lentes rayban en el furgón. Al otro día fuimos a Puebla. Primero fuimos a la pirámide de Cholula y luego a la ciudad. Probé el mole y no me gustó. Me encantó la ciudad, pero la recorrimos muy poco. Eso sí, no sabía que un año y medio después estaría visitándola de nuevo. Y por último, tomamos un tour a Xochimilco, en auto con un chofer muy amable y con otro pasajero peruano. Ahí nos llevó a ver antes la Ciudad Universitaria y luego nos fuimos a las trajineras. Cuando volvimos, fuimos al zócalo a que mi papá viera el palacio nacional y luego nos fuimos a ver un partido Cruz Azul-Tigres. Salí con Cha Min a bailar. Al otro día nos preparamos para irnos al aeropuerto de Cancún. Salimos del hotel Metropol en la Calle Luis Moya al aeropuerto y entramos al salón vip. Ahí me llevé hartas energéticas y cosas para comer. El avión aeroméxico fue harto malo y el servicio igual. Ya en Cancún, en vez de tomarnos un taxi carísimo hice las gestiones para tomarnos un ADO a Playa del Carmen. Llegamos unos 40 minutos más tarde y buscamos nuestro hotel. Ahí nos instalamos y fuimos a la playa, donde me bañé hasta el anochecer. Ese día no hicimos mucho en la noche, más que comer un pescado entero en un restorant cercano al hotel. EN la noche ya, fuimos al restoran que tiene mesas en la arena y musica en vivo. Pedimos Ceviche, camarones empanizados al coco y filete salteado. Una MARAVILLA con la luna llena! El siguiente día lo dedicamos a descansar completamente. Arrendamos unas sillas y tomamos cervezas todo el día. Almorzamos camarones y pescados. Al siguiente día decidimos que nos íbamos a separar. Yo bucearía y mi tío con mi papá iban a ir a Cancún. Ese día me levanté muy temprano para el curso y practicamos en la piscina de mi hotel. Luego a eso de las 12 salimos. La maravilla es inexplicable, lo que me cambió la vida no se puede relatar. Al salir, estaba muy cansado y con hambre. Fui al BK y me comí una hamburguesa enorme y luego caí rendido hasta que mi papá llegó. De ahí los acompañé a caminar por la 5ta avenida y mi papá se comió un plato de fideos. Al día siguiente fui a Xel-ha. Traté de disfrutar a concho el buffet de tragos y comida y creo que lo hice. Snorkelié y nadé por los ríos del parque, aunque sinceramente es mucho dinero que no se alcanza a aprovechar en un solo día. Al otro día nos fuimos al aeropuerto de Cancún, donde nos sentamos a comer camarones que tuvimos que comer en el avion (ordinarios de mierda) porque sino nos dejaba el avión.