Friday, November 18, 2011

Perú, día 1

La historia de mi viaje a Perú es, según yo, una de las más divertidas que me toca contar cada vez que alguien me pregunta si he ido a ese país o si he estado en Machu Pichu.
Todo comenzó un día que un amigo chileno que conocí en Dinamarca, Álvaro, me invitó a salir con él y su amiga danesa Rie a tomar unas cervezas a Bellavsita. Eso condujo a una invitación a un cumpleaños de un amigo de mi amigo en La Florida, al cual fui y pasamos una muy buena noche.
Seguimos hablando con Rie por Facebook, hasta que ella me comenta que Álvaro pasa mucho tiempo con su novia, y que muchas veces ella se queda sola. Me dio pena y rabia, porque a mí ya me habían hecho algo parecido en Brasil y no es ninguna gracia.
La invité al cumpleaños de José Manuel, un buen amigo que me había invitado apenas unos días antes.
Aceptó y nos fuimos juntos, ella se iba a quedar conmigo. Conocimos a mucha gente, bebimos, bailamos, comimos y nos emb

Seguimos hablando por una semana, hasta que el día 25 de diciembre suena mi celular y dice "Álvaro Silva llamando". Mi amigo me quería ubicar para decirme que Rie me quería pagar el pasaje a Perú, a Machu Pichu. Necesitaba compañía porque él se iba al sur de Chile con su novia y no podía acompañarla. Yo acepté feliz, encantado.orrachamos.
Al otro día salimos a recorrer Santiago y nos despedimos.
Y así nos preparamos para partir el día 19 de enero, dos días después de la elección presidencial en segunda vuelta en la que ganó el actual presidente Sebastián Piñera.
El día lunes partí con mis cosas a la casa de Álvaro, en La Florida. Ahí comimos y nos acostamos temprano, para así estar a la hora al otro día, pues nuestro vuelo era a las 8 de la mañana más o menos. Llegamos y nos comimos un Churrasco con Rie en el Fritz que está adentro del aeropuerto, eso fue de chanchos nada más.
Luego de un viaje tranquilo, en el cual después nos daríamos cuenta que a mi, ya a esa altura, amiga se le había quedado su tarjeta de crédito, llegamos a Cuzco.
Una vez ahí, comenzó mi festival del r
egate: desde el taxista que nos llevó a la plaza de la ciudad, a la gente de los hostales. Es que yo iba dateado que ahí la cosa era vida o muerte: o regateas o te cobran el doble.
Así estuve como 2 horas buscando un lugar para quedarnos. Mi amiga Paula González ( que conocí en Dinamarca también), me había dicho que por 10 soles podía encontrar un buen lugar para dormir. Y todo a lo que llegaba, era de 20 soles. ¡No podía permitir eso!

Sinceramente no sé si mi amiga aceptaba vivir en pocilgas o la calidad de un año a otro había bajado considerablemente, pero los hostales de 10 soles eran horribles, parecían pesebre de navidad.
Conseguí finalmente uno por 14.5 a unas dos cuadras de la plaza de Cuzco, atendido por gente muy gentil y con otros viajeros que rápidamente nos hicimos amigos.

Después de descargar nuestras cosas, fuimos a dar una vuelta por la plaza, y a ver qué podíamos
comer( ya eran las 6-7 de la tarde).

Decidimos ir a un re
storant que por cerca de 12 soles nos daban un menú completo. La gracia es que tenían carne de alpaca, la cual aunque les parezca rara, es simplemente la mejor carne que he comido en
mi vida.

En la noche, nos fuimos por los Free Drinks. En la plaza de la ciudad, en la noche se abren muchas discos. Y los captadores te entregan tragos gratis para que vayas.
La cosa es que vas para un lado, vas para otro y ya te emborrachaste. Solo te queda comprarte un solo trago más y se hizo tu noche.